December 25, 2008

Ocho, doble cero, dos.



Celebración de dos décadas y algo, lagrimas que pasan por su cara y un ranking inconsciente. Nada ha pasado, quedan 361 días todavía. La sensación de ser usada, incomprendida, agotada. Solo le queda huir a un lugar lleno de vacas y construcción.

El regreso, encuentra un artista desconocido que la saluda en un área citadina. El trovador y sus infidelidades. Aquel que engaña y la lleva a un parque, para la siguiente noche sentir los rasguños de otras manos contra la pared y actuar como si nada. Deseo de querer trasbocar este “modo de desarrollador” y la ilusión de un hombre en ciudades llenas de cubanos, que le habla por un cielo telefónico.  Si, ha leido bien, ahí dice ilusión.

No tiene listas pero si las tuviese esa ilusión no las cumplía, pero es que era bello, inalcanzable, sumamente compatible. Sigue el camino intentando encontrar algo diferente, ya no suele asentir. Mira la calle y se pregunta ¿en que momento todos se convirtieron en fumadores?

La imagen de una mujer sobre una sabana en el césped, borrosa, y un pájaro enfocado que vislumbra su inmovilidad. Ha dejado de lado su psique, en todos los sentidos de la palabra. Decide darse un tiempo fuera, quedarse quieta, ceder espacio para ella. No siente nada, no le preocupa nada, y poco a poco la mentalidad cambia. 

Diez de diez. Cuidado que aquel del primer párrafo se ha vuelto a acercar. Un beso, un abrazo que significa el vacío que ella no quiere llenar. Lo borra de su mente, "lo siento" pero ella quiere terminar diferente a como empezó. 

Los cortos y el helado. Se hace el relajado pero está tan lleno de seriedad. Lo intenta, pero la incomodidad de algo nuevo en  lugares comunes la implota. Mientras, se transforma un desconocido en un amigo que está en su cabeza desde el día en que se fue temprano, y la invita a un café. Más helado y películas, pero no eres vos quien está en su mente.
 
Una pausa en el teatro, pues se asoma alguien que merece la mayoría de lo escrito en una pizarra como ésta. Aquel que se adora, que es verdadero, un artista y su musa. Llega y se va para dejar abierto el deseo y las fantasías.

Una regla de oro. Aquella que repetías una y otra vez. Una y otra y otra vez. La rompiste. Me  viste ahí, y  no me puedes dejar de ver. La paja se rompe también, ¿lo sabias?

Aquel que lee entre líneas inquiere que ella ha decidido guardar paquetes de dinero en diferentes bolsillos, aun cuando reconoce que solo existe uno que quiere coleccionar. Así vienen otros 365 días, pero no es eso lo que ocupa su mente, pues ella lo sabe… 

¿Cual futuro? Si el día es hoy.  


I would trust you...


It's not that I'm sure, but I think I have you figured out. 
You want to feel as much as the rest of us, but you're scared. 
So you say you don't care, make sure your vulnerability is hidden.
You tell these stories out of nowhere that would make anyone feel insecure.
But don't worry. I know somewhere in there you want to believe, and you actually do. 
That's why right now I'm glad I see more than your words.



December 11, 2008

Amaneciendo

Amaneciendo
©2008, CL.



Atardeciendo en el extracto de tu envoltura y tu reverso. La sensación de tus ganas, tu impaciencia, tu sed.  La suavidad de descubrir el ajustado perfecto, el tanteo de los sudores y los huesos. Descubrimiento del porte, del cuello y tu lunar. El beso en cada curvatura, cada vértice. La ropa que se desgasta en las luces encendidas, una desnudez tan fría, tan poco espontánea, tan explosiva. Los olores, los sabores, las cicatrices, el anillo inexistente, las aberturas y el esmero. 

Palabras de extraña frialdad en estas cuatro paredes tan calientes. Risas, desvanecimiento, desconocimiento. La acumulación de un presente,  ser  todo y nada de una sola vez.  El tercero que llena el vacío entre los dos, con sus acotaciones azucaradas y la falta de los tuyas. El abrazo, las canciones, tus letras y ella siempre en ellas. 

El abatimiento que nunca me falta, agregado a tu sonrisa que desvela, atendiendo detenidamente melodías suaves, con la falta inevitable de tu memoria. El fruto prohibido, el whiskey y los tequilas que nos debemos. Una noche que nos falla y su aspiración a ser inagotable.

La brisa, el cansancio, la falta de entretenimiento, la cama inexistente, el aguardo al reconocimiento de tu nombre. Mi espalda, mi guardia, tu instinto preciso. El peso sobre tu cuerpo, la agitación, la desconfianza a la que pertenecemos, y aun impregnas. El si, el no, los pormenores del silencio, la ternura y la distancia enorme de los cuerpos sobre el piso. Se aminoran las luces, y la extenuación se desborda.

La luz franquea las persianas de la ventana, desabrochando la mirada con la inspección del tiempo y espacio. Volvemos al reloj, tomamos el café y emigro con el vestigio de estar enredada aquí, amaneciendo sobre vos.

Carrusel

Carrusel
©2008, CL.



Un caballero de puro vidrio.
Caballero que da palabras que escribir,
que con sus llaves abrió desiertos. 
Ahora se ha quebrado y su filo ha cortado mis entrañas. 
Córtame irremediablemente una y otra vez. 
Déjame viajar en este carrusel sin rumbo.

December 5, 2008

Micro-blogging

Estos días ocupados me dejan con mil cosas que decir y poco tiempo para hacerlo.

...Lo malo de llenarse es el vacío inevitable después...