February 7, 2009

Personal

Me pregunto si es irrefutable eso que dicen... que la gente escribe más cuando está triste. ¿Eso implica que se reflexiona más en esos tiempos? ¿Son  mejores obras las que vienen de lágrimas, desengaño, decepción y otras palabras más lúgubres?

Quisiera ponderar que esa no es la realidad. Talvez es que destinamos el tiempo divirtiéndonos en vez de acostados viendo el techo... especulando sobre nada y excesivamente sobre todo. Pero eso de dejar de reflexionar es imposible... ¿o es que darle vueltas a aquello que nos hace feliz le quitaría un poco la magia? 

Desde tiempo atrás pienso que tengo mucho de lo que necesito, justamente dentro de mí... pero ahora el exterior llega y se equilibra. No me queda más que sonreír...y  talvez más de lo imaginado. Hace unos meses no me lo esperaba... esto de sentirse lleno por dentro y con adornos externos es toda una bendición.

Tampoco es que se desborde el perfeccionismo. Por ahí transcurren días con ocurrencias que estresan, preocupan y aun provocan cierta sensación de impotencia... se que sin mis mejores amigos no podria sobrevivirlos. 

Por eso quiero tenerlos a ellos por mucho tiempo (para no utilizar una palabra tan trillada e insensible como "siempre")... por la espera, el hombro, las palabras que se oyen y se dicen. 

A ellas también, por lo “rosadas”, lo superficiales y profundas. Por todo lo que no se habla. 

A él por ser lo más simple y natural que ha pasado por este camino en buen tiempo. Por la comodidad de su amistad, el darme sensibilidad y rudeza a la misma vez.

A ella y mucho a ella, porque es quien permanece y me alienta.

…Y al recuerdo de los dos que me hacen estar aquí hoy.

Que raro es escribir algo tan sencillo y personal… 
Blame it on the good times.




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